Las arcillas expansivas en Piura suponen un reto importante para la estabilidad de la infraestructura, debido a su capacidad de cambiar de volumen con la humedad.
Por William Araujo Navarro. 22 octubre, 2024.
Las arcillas expansivas, al tener la capacidad de aumentar o disminuir su volumen con los cambios de humedad, representan una amenaza para la estabilidad de edificaciones, carreteras y otras infraestructuras. Según Rojas y Alva (1988), en Perú, el primer reconocimiento de problemas de suelos expansivos ocurrió en Piura en la construcción del Canal Quiroz en 1950.
Recientemente, un estudio determinó el potencial de hinchamiento de arcillas extraídas de la zona de Cerro Mocho, en el distrito de Ignacio Escudero (Sullana), llegando a la conclusión de que poseen un potencial de hinchamiento muy alto (48%), que podría causar diversos daños estructurales (Zamora y Guadalupe, 2022).
En el 2022, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) crearon mapas de peligros, un plan de usos del suelo ante desastres y medida de mitigación. En este, indican diversas zonas en Sullana, Paita y Talara donde el grado de peligro es alto debido a la presencia de suelos expansivos.
Existen diversos métodos para analizar las propiedades de las arcillas expansivas. Por ejemplo, la difracción de rayos X es un ensayo preciso que permite identificar los minerales responsables de la expansión, como la montmorillonita, pero es costoso y requiere equipos especializados. Por otro lado, ensayos más accesibles, como la determinación del límite de plasticidad, ofrecen una aproximación más económica y rápida para evaluar la capacidad de expansión del suelo. Sin embargo, la necesidad de desarrollar modelos predictivos que combinen precisión, rapidez y bajo costo es cada vez más importante, dado que no todas las zonas cuentan con los recursos para realizar análisis complejos.
La estabilización de las arcillas expansivas con aditivos como la cal o el cemento sigue siendo una de las técnicas más utilizadas para mitigar los efectos de estos suelos en las construcciones. Sin embargo, estas soluciones pueden no ser del todo sostenibles a largo plazo debido a sus impactos ambientales. A pesar de que la estabilización reduce significativamente la capacidad de expansión, las normativas como la NTP-E.50 aún carecen de recomendaciones específicas sobre medidas de mitigación efectivas para suelos expansivos en regiones como Piura.
Esta ausencia de directrices claras resalta la urgencia de desarrollar soluciones más sostenibles y adaptadas a las condiciones locales. Incorporar métodos de estabilización ecoamigables y más eficientes, como el uso de aditivos naturales o materiales reciclados, sería un paso fundamental para abordar el problema de manera más integral y sostenible.